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martes, 21 de junio de 2011

LA PALABRA. FONOLOGÍA Y FONÉTICA. UNIDADES DISTINTIVAS

La unidades se pueden componer a partir de lo que André Martinet denominó la doble articulación del lenguaje: el lenguaje se compone de una serie de elementos que pueden ser de dos tipos diferentes: las unidades distintivas y las unidades significativas.
Por unidades distintivas entendemos los fonemas (unidades mínimas dentro de la lengua, y que en el lenguaje oral son distintivas y aislables); y las unidades significativas son los monemas. Varias unidades distintivas consiguen articular una unidad significativa.
Hay dos tipos de monemas: los que conllevan significado léxico (lexemas) y los que conllevan significado gramatical (morfema). Según Martinet, los monemas serían unidades de primera articulación y los fonemas de segunda.
La complejidad está en que todas estas unidades se combinan entre sí para formar un mensaje a través de unas reglas gramaticales. La característica de la economía tiene que ver con la sencillez con la que se desarrolla el sistema.
Desde una perspectiva global podemos observar como con 24 fonemas y unas reglas gramaticales somos capaces de crear ilimitados mensajes. La economía llega a ser una norma. La lengua tiende a la economía.
Pero, desde el punto de vista psicológico, hay una sola unidad. Por lo tanto, tenemos la siguiente asimetría:
una unidad mental, psicológica ----> dos sonidos
Las unidades mentales son fonemas, las unidades físicas, los sonidos, son fonos. Un fono es la realización física de una unidad mental, de un fonema. En el caso del ejemplo anterior, hay una sola unidad de la que un hablante nativo de español tiene consciencia, una sola unidad psicológica, mental. Es decir, un fonema.
Sin embargo, este fonema tiene dos realizaciones físicas diferentes, dos fonos, dos diferentes pronunciaciones. Dos fonos que representan el mismo fonema, es decir, que son pronunciaciones diferentes de un sólo fonema, son dos alófonos de un fonema. Utilizamos los símbolos// cuando hablamos de fonemas y los símbolos [] cuando hablamos de (aló)fonos. De tal manera que la situación descrita en el ejemplo anterior se puede representar así:
[b]
/b/
[ß]
Cada fonema tiene al menos una realización física, un fono. Algunos fonemas, como /b/, tienen más de un fono, más de una realización física, tienen dos o más alófonos.
FONOLOGÍA Y FONÉTICA
La Fonología estudia los fonemas, es decir el modelo fónico convencional e ideal del lenguaje.
Mientras que la Fonética, se refiere a los sonidos en el habla, incluyendo su producción acústica y los procesos físicos y fisiológicos de emisión y articulación involucrados.
Entonces, la Fonología es el estudio de los sonidos de la lengua en cuanto a su carácter simbólico o de representación mental. Procede detectando regularidades o recurrencias en los sonidos del lenguaje hablado y sus combinaciones y haciendo abstracción de las pequeñas diferencias debidas a la individualidad de cada hablante y de características suprasegmentales como la entonación, el acento (tónico, es decir por aumento de la intensidad y agógico, por aumento de la duración), etc.
Cada uno de los sonidos abstractos así identificados es un fonema. Uno de los objetivos de la fonología es acotar al máximo la cantidad de fonemas requeridos para representar cada idioma de una manera suficientemente precisa.
Por consiguiente, la Fonética estudia experimentalmente los mecanismos de producción y percepción de los sonidos utilizados en el habla a través del análisis acústico, articulatorio y perceptivo. Se ocupa, por consiguiente, de las realizaciones de los fonemas.
LA VOZ HUMANA
El aparato fonatorio
La voz humana se produce voluntariamente por medio del aparato fonatorio. Éste está formado por los pulmones como fuente de energía en la forma de un flujo de aire, la laringe, que contiene las cuerdas vocales, la faringe, las cavidades oral (o bucal) y nasal y una serie de elementos articulatorios: los labios, los dientes, el alvéolo, el paladar, el velo del paladar y la lengua (ver figura 1).
Las cuerdas vocales son, en realidad, dos membranas dentro de la laringe orientadas de adelante hacia atrás (ver figura 2). Por adelante se unen en el cartílago tiroides (que puede palparse sobre el cuello, inmediatamente por debajo de la unión con la cabeza; en los varones suele apreciarse como una protuberancia conocida como nuez de Adán). Por detrás, cada una está sujeta a uno de los dos cartílagos aritenoides, los cuales pueden separarse voluntariamente por medio de músculos. La abertura entre ambas cuerdas se denomina glotis.
Cuando las cuerdas vocales se encuentran separadas, la glotis adopta una forma triangular. El aire pasa libremente y prácticamente no se produce sonido. Es el caso de la respiración.
Cuando la glotis comienza a cerrarse, el aire que la atraviesa proveniente de los pulmones experimenta una turbulencia, emitiéndose un ruido de origen aerodinámico conocido como aspiración (aunque en realidad acompaña a una espiración o exhalación). Esto sucede en los sonidos denominados “aspirados” (como la h inglesa).
Al cerrarse más, las cuerdas vocales comienzan a vibrar a modo de lengüetas, produciéndose un sonido tonal, es decir periódico. La frecuencia de este sonido depende de varios factores, entre otros del tamaño y la masa de las cuerdas vocales, de la tensión que se les aplique y de la velocidad del flujo del aire proveniente de los pulmones. A mayor tamaño, menor frecuencia de vibración, lo cual explica por qué en los varones, cuya glotis es en promedio mayor que la de las mujeres, la voz es en general más grave.
A mayor tensión la frecuencia aumenta, siendo los sonidos más agudos. Así, para lograr emitir sonidos en el registro extremo de la voz es necesario un mayor esfuerzo vocal. También aumenta la frecuencia (a igualdad de las otras condiciones) al crecer la velocidad del flujo de aire, razón por la cual al aumentar la intensidad de emisión se tiende a elevar espontáneamente el tono de voz.
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Los sonidos emitidos por el aparato fonatorio pueden clasificarse de acuerdo con diversos criterios que tienen en cuenta los diferentes aspectos del fenómeno de emisión.
Estos criterios son:
a) Según su carácter vocálico o consonántico.
b) Según su oralidad o nasalidad
c) Según su carácter tonal (sonoro) o no tonal (sordo)
d) Según el lugar de articulación
e) Según el modo de articulación
f) Según la posición de los órganos articulatorios
g) Según la duración
VOCALES Y CONSONANTES
Desde un punto de vista mecanoacústico, las vocales son los sonidos emitidos por la sola vibración de las cuerdas vocales sin ningún obstáculo o constricción entre la laringe y las aberturas oral y nasal. Dicha vibración se genera por el principio del oscilador de relajación, donde interviene una fuente de energía constante en la forma de un flujo de aire proveniente de los pulmones.
Son siempre sonidos de carácter tonal (cuasiperiódicos), y por consiguiente de espectro discreto. Las consonantes, por el contrario, se emiten interponiendo algún obstáculo formado por los elementos articulatorios. Los sonidos correspondientes a las consonantes pueden ser tonales o no dependiendo de si las cuerdas vocales están vibrando o no. Funcionalmente, en el castellano las vocales pueden constituir palabras completas, no así las consonantes.
Oralidad y nasalidad
Los fonemas en los que el aire pasa por la cavidad nasal se denominan nasales, en tanto que aquéllos en los que sale por la boca se denominan orales. La diferencia principal está en el tipo de resonador principal por encima de la laringe (cavidad nasal y oral, respectivamente). En castellano son nasales sólo las consonantes “m”, “n”, “ñ”
Tonalidad
Los fonemas en los que participa la vibración de las cuerdas vocales se denominan tonales o, también, sonoros. La tonalidad lleva implícito un espectro cuasi periódico. Como se puntualizó anteriormente, todas las vocales son tonales, pero existen varias consonantes que también lo son: “b”, “d”, “m”, etc. Aquellos fonemas producidos sin vibraciones glotales se denominan sordos. Varios de ellos son el resultado de la turbulencia causada por el aire pasando a gran velocidad por un espacio reducido, c como las consonantes “s”, “z”, “j”, “f”.
Lugar y modo de articulación
La articulación es el proceso mediante el cual alguna parte del aparato fonatorio interpone un obstáculo para la circulación del flujo de aire. Las características de la articulación permitirán clasificar las consonantes.
Los órganos articulatorios son los labios, los dientes, las diferentes partes del paladar (alvéolo, paladar duro, paladar blando o velo), la lengua y la glotis. Salvo la glotis, que puede articular por sí misma, el resto de los órganos articula por oposición con otro. Según el lugar o punto de articulación se tienen fonemas:
Bilabiales: oposición de ambos labios
Labiodentales: oposición de los dientes superiores con el labio inferior
Linguodentales: oposición de la punta de la lengua con los dientes superiores
Alveolares: oposición de la punta de la lengua con la región alveolar
Palatales: oposición de la lengua con el paladar duro
Velares: oposición de la parte posterior de la lengua con el paladar blando
Glotales: articulación en la propia glotis
A su vez, para cada punto de articulación ésta puede efectuarse de diferentes modos, dando lugar a fonemas:
Oclusivos: la salida del aire se cierra momentáneamente por completo
Fricativos: el aire sale atravesando un espacio estrecho
Africados: oclusión seguida por fricación
Laterales: la lengua obstruye el centro de la boca y el aire sale por los lados
Vibrantes: la lengua vibra cerrando el paso del aire intermitentemente
Aproximantes: La obstrucción muy estrecha que no llega a producir turbulencia
Los fonemas oclusivos (correspondientes a las consonantes “b” inicial o postnasal, “c”, “k”, “d”, “g” inicial, postnasal o postlateral, (“p”, “t”) también se denominan a veces explosivos, debido a la liberación repentina de la presión presente inmediatamente antes de su emisión. Pueden ser sordos o sonoros, al igual que los fricativos (“b” postvocálica, postlateral y postvibrante, “g” postvocálica y post vibrante, “f”, “j”, “h” aspirada, “s”, “y”, “z”).
Sólo existe un fonema africado en castellano, correspondiente a la “ch”. Los laterales (“l”, “ll”) a veces se denominan líquidos, y son siempre sonoros. Los dos fonemas vibrantes del castellano (consonantes “r”, “rr”) difieren en que en uno de ellos (“r”) se ejecuta una sola vibración y es intervocálico, mientras que en el otro (“rr”) es una sucesión de dos o tres vibraciones de la lengua.
Por su lado, los fonemas aproximantes (la “i” y la “u” cerradas que aparecen en algunos diptongos) son a veces denominados semivocales, pues en realidad suenan como vocales. Pero exhiben una diferencia muy importante: son de corta duración y no son prolongables. </div>